El 24 de mayo, el Edificio Plaza Bizkaia de Bilbao acogió un workshop organizado por Opengela en el que varias empresas vascas relacionadas con los sectores de la construcción, el medio ambiente y la digitalización pusieron sobre la mesa distintas soluciones innovadoras para poder aplicarlas en la barriada bilbaína de TorreUrizar, que se está utilizando como ‘living lab’ o banco de pruebas para el proyecto europeo BIRTUOSS que arrancó en septiembre del pasado año.
Actualmente en TorreUrizar los objetivos son la mejora de la accesibilidad instalando ascensor en los portales que no lo tengan, la reducción de demanda energética y una mejor eficiencia, por ejemplo, interviniendo en la envolvente, instalando placas fotovoltaicas en la cubierta, sustituyendo los termos por calderas de gas o colocando radiadores en las viviendas. Así lo explicó Txari Vallejo, arquitecta de Viviendas Municipales de Bilbao, que también mencionó la disposición de una electrolinera en el aparcamiento del edificio. “Con estas propuestas conseguimos en torno al 63% de ahorro que, de esta forma, nos permite llegar a un 80% de financiación”, explicó Vallejo.
Además, la arquitecta apuntó que “el consenso, la ilusión y la capacidad económica” son claves. “Estamos empoderando a las comunidades de propietarios para que hagan estas intervenciones. Hemos conseguido la voluntad de rehabilitar”, señaló.
Para poder aplicar las soluciones innovadoras presentadas se necesita de la colaboración público-privada, la comunicación y la concienciación. Esa es una de las grandes conclusiones extraídas del workshop. De esta forma, desde el Ente Vasco de la Energía (EVE), Sagrario Eneriz habló de la necesidad del despliegue de las energías renovables, pero haciendo hincapié en que hay que adecuar cada una a los espacios y condiciones del entorno urbano donde se planteen.
Planteó también la idea del autoconsumo de la energía en espacios públicos y expuso varios casos de comunidades energéticas de autoconsumo en Euskadi como, por ejemplo, el de las comunidades energéticas de autoconsumo compartido en Otxarkoaga o Lasarte-Oria, o el del barrio Txabarri-El Sol en Sestao mediante la instalación de una red de calor de biomasa de propiedad municipal. Estos casos tienen en común que son energías renovables, locales y colectivas. Por último, Eneriz indicó que la comunicación con la ciudadanía y la participación abierta es esencial para poder implicar a todo el vecindario.
También intervinieron los tres clústeres vascos que participan en Opengela. Build:Inn, que agrupa al sector de la construcción, expuso algunas soluciones industrializadas y de eficiencia energética con la aplicación de medidas pasivas y activas. Marta Epelde empezó admitiendo que “las obras de rehabilitación son obras molestas para el usuario”. Por tanto, el clúster (antes denominado Eraikune) trasladó algunas soluciones activas y pasivas pensadas en generar la menor afección a las personas residentes.
La gran destacada entre las pasivas, y “el componente crítico de la rehabilitación energética”, es el aislamiento de fachadas, concretamente el SATE, pero “es solo el principio”. De hecho, en la actualidad, las distintas directivas publicadas piden rehabilitaciones profundas e integrales, con un ahorro energético significativo y, por tanto, se debe pensar en la globalidad de los edificios a la hora de intervenir. “No nos olvidemos de las carpinterías, de los puentes térmicos, de las pérdidas que nos puede provocar una ventilación descontrolada, una mala hermeticidad, una ventana que tiene un mal encaje en la fachada o un sistema de ventilación antiguo”, advirtió.
Entre las soluciones activas se encontrarían, entre otras, la instalación de paneles solares térmicos o sistemas fotovoltaicos compartidos.
Asimismo, Epelde habló de la importancia de los materiales y elementos prefabricados para realizar las obras con mayor rapidez y a su vez, molestar lo menos posible al vecindario. Hizo referencia a su vez a las personas que intervienen en las obras indicando que deben tener “toda esa sensibilidad técnica”, pero también saber que tratan con personas.
ACLIMA, y concretamente Juan Antonio Gascón, dio la visión de las soluciones urbanas basadas en la naturaleza, que como explicó, aportan múltiples beneficios para las ciudades y los habitantes como la mitigación y adaptación al cambio climático; la creación de áreas de bioretención de las pluviales; el confort humano y urbano; la mejora de la biodiversidad, la agricultura urbana, la calidad del aire y del agua, y la contribución a soluciones bajas en carbono. Además, ayudan a la psicología y la salud humana y urbana. “Esto se trata de rehumanizar las ciudades, ya que el hábitat natural del ser humano es la naturaleza, no el asfalto”, dijo Gascón.
A escala edificio existen, por ejemplo, las cubiertas o las fachadas vegetales, y a escala urbana los sombreamientos vegetales o pavimentos permeables. Ya hay varios lugares en Euskadi donde se han puesto en práctica estas soluciones como en el Palacio de Congresos Europa (Vitoria-Gasteiz), en Legazpi, Igeldo o Idiazabal. A nivel estatal, Barcelona es una de las pioneras y allí se han hecho varias actuaciones de este tipo.
Aun así, Gascón indicó que, aunque es cierto que ya existen empresas que aplican este tipo de soluciones basadas en la naturaleza, no lo hacen porque hay otros factores que afectan como el desconocimiento de la ciudadanía.
Por último, Itziar Vidorreta, de GAIA, dio el punto de vista de las soluciones basadas en las tecnologías del conocimiento. Vidorreta insistió en que, en un modelo como el de Opengela, “la colaboración entre los clústeres es fundamental”. Así también, presentó un mapeo tecnológico con soluciones existentes que están actualmente en el mercado.
Vidorreta destacó la llamada GoroldioTEK (‘goroldio’ es musgo en euskera), realizada en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid. “Es una aplicación del uso de una solución basada en la naturaleza, que es el musgo, pero con tecnologías de monitorización detrás que sirven para el control de los consumos y con una aplicación práctica que podría ser a través de paneles informativos o en incluso en paradas de autobuses”, expuso.
“Elevar la escala del edificio al barrio”
La jornada comenzó con una charla de Ignacio de la Puerta, director de Planificación Territorial y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, que lidera este proyecto. Hizo un diagnóstico de Opengela desde su nacimiento en 2019 como proyecto financiado a través del programa de marco europeo Horizon 2020, y que, en la actualidad, continúa gracias a la confianza otorgada por la Comisión Europea mediante el programa LIFE con un proyecto llamado BIRTUOSS. Este servicio de regeneración urbana mediante oficinas de proximidad que empezó hace cuatro años en Txonta (Eibar) y Otxarkoaga (Bilbao) ya se ha extendido a otras 23 localidades de Euskadi y es ejemplo para otros municipios del Estado y de la Unión Europea.
Este éxito anima a seguir mejorando y uno de los grandes objetivos de esta nueva etapa es elevar la escala de actuación del edificio al barrio mediante un modelo que sea flexible, integrador y simple que incluya aspectos clave como la eficiencia energética; la financiación asequible; un marco jurídico para la prestación simplificada de servicios; herramientas TIC y digitalización de los hogares; el Pasaporte del Edificio; las soluciones basadas en la naturaleza o la capacitación y asesoramiento sobre el uso de la energía. Además, se quiere integrar la dimensión social, posibilitando hacer frente a la pobreza energética, la salud y mejorar las estrategias de comunicación y codiseño para implicar al usuario en la toma de decisiones. En definitiva, el vecindario será el centro del proceso de regeneración.
El coordinador del proyecto subrayó que es necesaria la creación de una entidad de gestión mediante colaboración entre los distintos socios del proyecto, público-privado, para poder generar una marca que aporte confianza a la población.