El barrio de Aramotz, en Durango, ha marcado un hito histórico al convertirse en el primer barrio del proyecto BIRTUOSS-Opengela en culminar con éxito su proceso de regeneración urbana integral. Este logro supone un paso decisivo en el camino hacia barrios más sostenibles, accesibles y cohesionados, y se convierte en un modelo de referencia para futuras intervenciones en Euskadi.
La actuación ha supuesto una inversión global de 10.796.589 de euros, financiados de manera compartida entre diferentes agentes: el Departamento de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno Vasco (30,47%), los fondos europeos Next Generation EU (32,57 %), el Ayuntamiento de Durango (18,42%) y las aportaciones directas de las y los vecinos del barrio (18,54%). Este esfuerzo conjunto refleja el compromiso común por impulsar una transformación que trasciende lo físico y se centra en mejorar la calidad de vida de las personas.
Un barrio renovado y más sostenible
El proyecto ha abarcado la rehabilitación de 130 viviendas y 6 locales, distribuidos en 16 portales de edificios de planta baja más tres alturas. Las actuaciones han incluido la instalación de ascensores para garantizar la accesibilidad, el refuerzo de estructuras, la modernización de instalaciones y la mejora integral de la eficiencia energética.
Una de las claves ha sido el compromiso con la sostenibilidad: las intervenciones realizadas han permitido alcanzar una reducción superior al 60% en el consumo de energía primaria no renovable, requisito imprescindible para acceder a las ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Este avance supone no solo un beneficio medioambiental, sino también un importante ahorro en los gastos energéticos de las familias.
Se ha apostado, además, por soluciones basadas en la naturaleza (SBN) como eje de la regeneración. Estas medidas permiten integrar la naturaleza en la planificación urbana y dar respuesta a los desafíos del cambio climático mediante sistemas sostenibles de drenaje, la renaturalización de espacios y una gestión más eficiente del ciclo del agua.
En paralelo, la reurbanización del barrio ha transformado el espacio público con la creación de nuevas zonas verdes, calles peatonales, alumbrado renovado, mobiliario urbano moderno y espacios de encuentro para la vida comunitaria. También se ha renaturalizado el arroyo Larrinagatxu, y se ha mejorado la integración del entorno natural con la trama urbana.
El papel del equipo técnico y vecindario
La oficina de proximidad (Opengela), gestionada por la empresa pública municipal Durango Eraikitzen y ubicada en el propio barrio, ha sido otro de los ejes clave del proyecto. Desde allí se ha prestado asistencia técnica, administrativa y social a las comunidades de vecinos, facilitando la tramitación de las ayudas, la coordinación de las intervenciones y la gestión integral de las obras.
En el ámbito técnico, la responsabilidad del diseño y la proyección ha recaído en MAAB Arquitectura y Urbanismo, en colaboración con el estudio SOIL Arquitectura del Paisaje. Su trabajo ha sido reconocido por la calidad del proyecto y por el esfuerzo realizado en la transformación integral del barrio. A su vez, la ejecución de las obras ha corrido a cargo de Codenor Bizkaina de Rehabilitaciones y Construcciones Intxausti, cuya coordinación ejemplar y cumplimiento riguroso de los plazos han sido determinantes para el éxito del proceso.
Asimismo, uno de los elementos más destacados de esta regeneración ha sido la participación activa del vecindario. Las y los residentes no solo han contribuido económicamente, sino que han estado presentes en todo el proceso, tomando decisiones en comunidad, colaborando con la oficina de proximidad y aportando su visión sobre cómo querían que fuese el barrio del futuro.
Gracias a esta implicación, Aramotz se ha convertido en un ejemplo de regeneración urbana cocreada entre ciudadanía, instituciones y equipos técnicos, un modelo basado en la transparencia, la cercanía y el compromiso compartido.
Un modelo que se expande
La alcaldesa de Durango, Mireia Elkoroiribe, ha destacado que “la regeneración integral de Aramotz ha sido un proyecto estratégico para Durango, no solo por su envergadura presupuestaria, sino por el profundo impacto que tiene en la vida cotidiana de las personas que viven en el barrio. Hablamos de mejorar viviendas, de hacer accesibles los portales, de crear espacios públicos pensados para convivir, descansar y compartir”.
A su vez, ha añadido que “es una actuación que transforma el entorno físico, sí, pero sobre todo transforma las condiciones de vida de cientos de vecinos y vecinas”. Elkoroiribe ha concluido subrayando que “Aramotz renace, y eso es resultado de años de trabajo compartido entre instituciones y las y los durangarras. Un orgullo compartido, un modelo de municipio que estamos extendiendo a todo Durango: más accesible, más verde e inclusivo”.
Por su parte, el viceconsejero de Planificación Territorial y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, Juan Carlos Abascal, ha señalado que el éxito alcanzado en Aramotz es fruto de la colaboración entre instituciones, ciudadanía y empresas, y un ejemplo claro de cómo se pueden llevar adelante proyectos complejos si se afrontan de manera coordinada.
El proyecto BIRTUOSS-Opengela tiene como meta regenerar de manera integral barrios enteros, poniendo a las personas en el centro. La regeneración de Aramotz comenzó a gestarse en 2016, a través de distintos estudios urbanísticos y diagnósticos sociales, y su experiencia servirá como referencia y guía para futuras intervenciones en otros municipios.
Con esta finalización, Durango y Euskadi dan un paso decisivo hacia un nuevo modelo urbano que apuesta por la accesibilidad, la sostenibilidad, la cohesión social y la participación ciudadana. Aramotz no solo se ha transformado como barrio: se ha convertido en el símbolo de un cambio de paradigma en la forma de concebir y vivir las ciudades.